El uso de medicamentos falsificados puede tener graves consecuencias para la salud. Un caso reciente pone de relieve cómo unos pacientes fueron hospitalizados tras recibir inyecciones de un producto no autorizado.
El individuo en cuestión, que realizaba tratamientos estéticos sin la debida cualificación, presuntamente obtuvo a sabiendas botox falsificado en el extranjero y lo administró a clientes. A pesar de los informes sobre graves problemas de salud, como problemas de visión e incluso casos de botulismo, los tratamientos continuaron.
Las investigaciones revelaron que se ignoraron las señales de advertencia y se utilizaron productos falsificados a pesar de los riesgos conocidos. Este caso pone de relieve los peligros que plantean los proveedores no autorizados y los medicamentos falsificados. Los expertos recomiendan encarecidamente buscar tratamiento sólo en centros médicos certificados para evitar riesgos graves para la salud.