La prevalencia de la falsificación de bebidas alcohólicas es alarmantemente alta: se calcula que entre el 25% y el 40% de las bebidas alcohólicas que se consumen en el mundo son falsas.
Este año, la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) intervino en una vasta operación de contrabando que intentaba distribuir bebidas espirituosas falsificadas en toda la UE. Se trataba de una operación sofisticada, con versiones falsas de vodka y whisky de primera calidad destinados al mercado de la UE, que se desbarató antes de causar más daños.
Mano dura contra el alcohol falsificado
El problema de la falsificación de alcohol está muy extendido, afecta a innumerables consumidores y puede tener graves consecuencias para la salud. Las autoridades piden una mayor vigilancia y una normativa más estricta para combatir este comercio ilícito. Se insta a los consumidores a que sean precavidos y denuncien cualquier sospecha de falsificación a las autoridades sanitarias locales o a las unidades de delitos alimentarios para contribuir a proteger la salud y la seguridad públicas.